¨La disciplina es el puente entre las metas y el logro¨ asegura el empresario y motivador estadounidense Jim Rohn. El filósofo y político italiano, Nicolás Maquiavelo tienen una frase famosa que todavía se utiliza en la actualidad ¨Donde hay buena disciplina, hay orden y rara vez falta la buena fortuna¨.
La obra de Rohn tuvo una notable influencia en la formación de quienes hoy en día son paradigmas de los negocios y el crecimiento personal; algunos de ellos: Anthony Robbins, Mark Victor Hansen, Brian Tracy y Jack Canfield.
La disciplina es un hábito que construimos los seres humanos con base a un compromiso y el autocontrol del comportamiento.
Efectivamente, la disciplina se adquiere por la autoexigencia de los seres humanos; nos exige enfocarnos, no perder la ruta ni caer en autolimitaciones y tentaciones disociadoras, siempre apoyados por un plan con objetivos bien claros.
Sin embargo, no son suficientes el ser disciplinado y tener bien claros los objetivos en nuestro plan, sea de vida o de negocio; también se requieren otros ingredientes que ayudan a seguir adelante y triunfar.
Es sabido que cuando eres una persona disciplinada es porque renunciaste a algunas actividades de menor importancia; por eso tus metas están al alcance de tu vista, sin que te preocupen el sacrificio y el tiempo. La tenacidad que pongas en tus proyectos será recompensada con la llegada victorioso y feliz a la meta.
Y, ¿qué me dices de la motivación?
Muchos aseguran que la motivación no dura mucho. Y es verdad. La motivación, como mismo nos lleva a la cúspide, también de momento se nos pierde y resulta difícil reencontrarla. Es por ello que construirla, repararla e, incluso, rehacerla, son elementos claves para el éxito.
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