¿Qué son los hábitos? Son conductas repetitivas.
Los hábitos no determinan el destino, estos los podemos cambiar, ignorar o reemplazar, pero una cosa sí es cierta, cuando desarrollamos un hábito el cerebro deja de participar en la toma de decisiones o sea que estos los hacemos de manera automática. Y llegan a ser tan poderosos que producen ansiedad neurológica, generalmente movidos por un deseo y emergen de manera tan gradual que muchas veces no percibimos su influencia.
Nos llegamos a acostumbrar a los hábitos de manera fácil. Incluso a aquellos que nos arrastran a la pobreza, ya que llegamos a pensar que hemos sido pobres desde siempre, que nacimos así, y se nos olvida que hemos creado la pobreza con las acciones de las que somos los únicos responsables y, de osados, llegamos hasta a culpar a otros por nuestras decisiones.
Cesarina Reyes
Existe una creencia de que somos el resultado de las cinco personas con las que pasamos más tiempo. Nos defendemos, decimos que no somos vulnerables, que no nos dejaremos influenciar. Olvidamos que los amigos están con nosotros porque comparten intereses similares y nos sentimos bien con ellos, y a la larga uno va a acabar influenciando al otro.
Bill gates lo expresó de este modo: “Si naces pobre, es culpa de tus padres. Pero si mueres pobre, es tu culpa porque has tenido tiempo de sobra para hacerte rico.”
- Vivir la vida sin ningún tipo de responsabilidad
Los ricos crean sus vidas, asumen la responsabilidad de sus acciones, se ajustan rápidamente a las circunstancias y viven en una mejora continua, mientras que los pobres se hacen expertos en victimizarse y culpar a otros de sus desgracias. Es común que nunca tomen la decisión de actuar para no asumir responsabilidad y terminan siendo los que compran pañuelos para secarse las lágrimas.
- Gastan el tiempo planificando el consumo en vez de planificar como producir
La preocupación del pobre es: ¿Qué voy a comer hoy?, ¿adónde voy a ir el Domingo?, ¿qué ropa voy a usar? ¿cómo voy a hacer para inscribirme en el club de moda? Necesito cambiar el carro, es que mi entorno me lo exige.
Los ricos: ¿Cómo puedo diversificar mis inversiones?, ¿cómo aumento los ingresos?, ¿cómo puedo tener una mejor distribución del dinero?, tengo que estar listo para cualquier oportunidad.
En otras palabras, la preocupación del pobre es el día a día. Generalmente, cada peso lo gastan en subsistencia hasta llegar a la cruda realidad de los años no productivos y surgen los ojalás. Los ricos ahorran e invierten y reinvierten y su preocupación es adoptar la filosofía KAIZEN (mejora continua).
- No son pacientes, todo lo quieren de inmediato
Si no sabes cómo posponer la gratificación de ganar o posponer el momento de ganar, reduces las posibilidades de ganar a lo grande. El secreto de enriquecimiento es la capacidad de comprar e invertir en activos y tener la paciencia para esperar que crezcan y maduren. Si no sabes cómo ser paciente para emprender, trabajar con consistencia y esperar la madurez, aumentarás las posibilidades de terminar pobre.
- El hábito de huir de la dificultad y no correr riesgos
Es muy común oír a los pobres decir “prefiero malo conocido que bueno por conocer”, pero cuando temes a lo desconocido te cierras a nuevas posibilidades. Robert Kiyosaki lo expresa así: “En un mundo en constante cambio, los únicos que están en riesgo, son aquellos que no corren riesgos”. Las oportunidades están justo detrás de las dificultades, cada dificultad superada es una taquilla de entrada a la prosperidad.
- El hábito de preferir una falsa seguridad de un empleo a la audacia de emprender
Si un empresario no hubiera renunciado a su seguridad emocional y financiera no hubiera creado puestos para el trabajador. Si no te arriesgas a lo grande tampoco ganas a lo grande. Naturalmente, su economía será la economía de la insuficiencia porque la mayor parte se la lleva el empresario.
- El hábito de la mediocridad
La excelencia, la organización y los detalles son pilares de la riqueza y estos no son eventos, son hábitos de las personas con riqueza integral. Uno de los secretos de la riqueza es brindar un servicio de más valor del que te están pagando. Los clientes están felices de pagarte y, como el dinero es energía, más dinero te llegará. Las personas que gustan de hacer lo exacto y no se esfuerzan por la excelencia tendrán justo lo que necesitan y esa es la causa de su precariedad.
- Enfocarse en el éxito ajeno
Sentir envidia y minimizar los logros de otros es sinónimo de pobreza mental y mediocridad. Lo cierto es que esos logros ajenos hacen mucho más visibles tus debilidades para alcanzar los tuyos.
- El hábito de no gastar un centavo en su formación financiera
Son muchos los que pierden grandes oportunidades por total desconocimiento de educación financiera, pero tampoco buscan asesoría. Conocer cómo manejar las finanzas personales es clave para lograr las metas que nos fijamos como personas y profesionales.
- El hábito de hacer relaciones o crear un entorno con una clase social peor que el de ellos
El objetivo es sentirse como el millonario de su entorno o para quejarse todos juntos y poder verse como parte de la normalidad. Siempre será beneficioso invertir en las buenas relaciones con personas que piensan como nosotros siempre y cuando podamos intercambiar cosas positivas y motivarnos a dar lo mejor.
- Ver más TV que formarse en su área
El tiempo es dinero y si ves demasiada televisión para malgastar tu tiempo, poco a poco la TV se encargará de pronosticar con cierta certeza tu futuro financiero. Hay que dedicar tiempo y esfuerzo en la formación profesional propia, aprender a usar nuevas herramientas para alcanzar nuestros objetivos.
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